Muchos "Alguien" me-rodean.
Muchos "Alguien" asfixian
mi frágil ser que es como casi nadie.
Todos pueden ser
"Alguien".
Es tan fácil ser
"Alguien"
Cualquiera puede ser
"Alguien" en el mundo.
Me-rodean miles de millones
de "Alguien".
Los "Alguien":
Aquellos famosos, líderes,
artistas y conocidos, amigos y familiares.
Fustigan mi pequeño ser.
Soy un "casi
nadie".
No es fácil ser
"Nadie"
Casi nadie se lo propone.
Nadie consigue llegar a ser
Nadie.
Voy hacia el final de mis
días,
Sin seguridades de las cuales
aferrarme,
Sin triunfos en el mundo,
Como unas palabras en una
hoja al viento,
Perdido en un mundo de
personajes.
A menudo, en las mañanas y en
los atardeceres
Miro mi vida y veo muy
grandes y muchos a los "Alguien" que me-rodean.
Ellos no tienen la culpa de
atormentarme.
Nadie tiene la culpa,
Porque mi alma está, sin
remedio, atada desde el primer día,
A desear llegar a ser como
Nadie.
A veces los muchos “alguien”,
grandes, medianos y pequeños,
No me dejan ver la luz, ni me
dejan respirar.
En medio de un mar lleno de
miles de millones de "Alguien"
Nadie puede guiarme hacia la
luz fugaz que me llama.
Nadie puede oír en las noches
mi sufrir.
Nadie puede oír mi grito de
Auxilio.
Estas palabras son testigos
de que existí sobre la tierra.
Y busqué lo que Nadie me dijo
que había sucedido.
Que Nadie entendería, que
Nadie me creería.
Nadie me reconocerá, Nadie me
identificará.
Soy el principio de Nadie.
Soy el propósito de Nadie.
Soy el testigo de Nadie.
Alguien tenía que serlo alguna vez.
Alguien tenía que serlo alguna vez.
Estas palabras son un
pasajero desahogo.
A veces necesito respirar.
LF17