domingo, 15 de enero de 2017

“Alguien” me asfixia

Muchos "Alguien" me-rodean.
Muchos "Alguien" asfixian mi frágil ser que es como casi nadie.

Todos pueden ser "Alguien".
Es tan fácil ser "Alguien"
Cualquiera puede ser "Alguien" en el mundo.
Me-rodean miles de millones de "Alguien".
Los "Alguien":
Aquellos famosos, líderes, artistas y conocidos, amigos y familiares.
Fustigan mi pequeño ser.
Soy un "casi nadie".

No es fácil ser "Nadie"
Casi nadie se lo propone.
Nadie consigue llegar a ser Nadie.

Voy hacia el final de mis días,
Sin seguridades de las cuales aferrarme,
Sin triunfos en el mundo,
Como unas palabras en una hoja al viento,
Perdido en un mundo de personajes.

A menudo, en las mañanas y en los atardeceres
Miro mi vida y veo muy grandes y muchos a los "Alguien" que me-rodean.
Ellos no tienen la culpa de atormentarme.
Nadie tiene la culpa,
Porque mi alma está, sin remedio, atada desde el primer día,
A desear llegar a ser como Nadie.
A veces los muchos “alguien”, grandes, medianos y pequeños,
No me dejan ver la luz, ni me dejan respirar.

En medio de un mar lleno de miles de millones de "Alguien"
Nadie puede guiarme hacia la luz fugaz que me llama.
Nadie puede oír en las noches mi sufrir.
Nadie puede oír mi grito de Auxilio.

Estas palabras son testigos de que existí sobre la tierra.
Y busqué lo que Nadie me dijo que había sucedido.
Que Nadie entendería, que Nadie me creería.

Nadie me reconocerá, Nadie me identificará.
Soy el principio de Nadie.
Soy el propósito de Nadie.
Soy el testigo de Nadie.
Alguien tenía que serlo alguna vez. 

Estas palabras son un pasajero desahogo.
A veces necesito respirar.
 LF17