domingo, 13 de agosto de 2017

GRACIAS A NADIE POR LOS ATEOS

GRACIAS A NADIE POR LOS ATEOS
(y por los rebeldes y por los irreverentes.)

Quisiera poder dar gracias a Dios
por los ateos de todos los tiempos.
Pero no puedo, estoy frustrado.
Nadie es dios para los ateos.

Ellos, los ateos, son absolutamente importantes
y necesarios en la historia de la humanidad.
El sacrificio de sus almas eternas,
la ida de sus almas a la eterna nada.
Ha sido absolutamente necesaria
para la evolución de nuestra especie humana.
Sus mentes se fueron en un fugaz chispazo, en un instante.
Fueron miles de millones de mini big ban,
que se desaparecieron por un agujero negro.

Esos preciosos miles de millones de animales racionales,
Miles de millones perfectos animales humanos,
que sin saberlo, y sin entender por qué,
pagaron con sus vidas el costo del supremo engaño.
No supieron, no entendieron,
por qué razón sus energías divinas se apagaron.

Imposible negar que algún día grité
miles de ateas preguntas al infinito
Sin hallar una respuesta
En medio de un mundo en aparente caos.

¿Cómo no recodar a Nietzsche, a Fernando González?
¿Cómo no oír las preguntas en la hora de las tinieblas?
¿Cómo no oír los millones de voces
que se opusieron a la tradición,
porque no hallaron la justicia clara
En este mundo aparentemente injusto?
Fueron auténticos asteroides
que iluminaron por instantes el firmamento.

Sin saberlo, y sin proponérselo,
Fueron nuestros entrenadores.
Sus preguntas fueron importantes
Sus gritos fueron oídos.
La atroz y descomunal razón de sus argumentos
Abrieron nuestras almas a respuestas no oficiales
Para entender a ese ser llamado,
por ateos y creyentes: “Dios”.
Para darle un nombre humano.

De no haber sido por su polvo de estrellas,
Por su pólvo-ra fugaz
Hubiéramos seguido metidos en la caverna,
Cautivos en la gran ciudad de Babilonia.
También por esos miles de millones de almas perdidas
Es hora de levantar las espadas.
Su sacrificio fue importante y valioso.

A nadie le puedo dar gracias por
Esos miles de millones fugaces asteroides
Tan inteligentes, tan queridos, tan borrachos,
Tan bohemios, tan artistas, tan irreverentes,
Tan groseros,  tan obscenos, tan descarados,
personajes de este mundo maravilloso,
Que renunciaron a ser dioses
Y con ello nos ayudaron a entender.

Nadie los puso allí para que nos impresionaran
con su creatividad y con sus ocurrencias.
Gracias Nadie por ser el dios de los ateos
Gracias Nadie por ser igual a Dios.


-Franco-

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