Piense lo que piense.
Crea lo que crea.
Diga lo que diga.
Haga lo que haga.
Vaya a dónde vaya.
Siga a quien siga.
Siempre quedan dos preguntas sueltas.
Sin respuesta.
¿Por qué estoy aquí?
¿Qué sucede después de la muerte?
El juego es determinado por esas dos preguntas.
Nadie lo sabe aquí con toda seguridad.
El que lo sepa es nadie y el que desee las respuestas verdaderas está con nadie.
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