Escribo estas palabras, para poder contactar estas enseñanzas si volviera mi alma a este mundo y si Dios me permitiera hallarlas de nuevo.
Pero también las escribo, para que los que están buscando sepan cuáles son los solitarios senderos por los que se transita, en la búsqueda de la sabiduría verdadera.
Ya alguien, casi nadie, ha transitado antes por el sendero que llevas hacia la verdad. He aquí algunas de las enseñanzas de Jesús, que me permiten creer, que posiblemente ya había estado antes aquí, y que posiblemente volveré.
Jesús le dijo a Juan, su discípulo preferido, su primogénito espiritual, que Juan permanecería en la Tierra hasta la segunda y última venida de Jesús. (Juan 21: 21-23)
¿Se equivocaría Jesús, según las enseñanzas de la epístola a los hebreos que dice que los hombres solo pueden venir una única vez a la tierra? (ver hebreos 9:27). Si doy por hecho que Jesús es infalible, entonces la epístola, que lo contradice, no lo es. Primero es el uno que el dos. Jesús enseñó, de muy variadas formas, que las almas pueden volver. Algo que los estudiosos de todos los tiempos han llamado metempsicosis o transmigración de las almas. Aunque las tradiciones cristianas han desechado estos estudios, desinformadas por las palabras de la epístola a los hebreos, las cuales aceptan como palabras infalibles de su Dios. Las enseñanzas de Jesús, y la prueba que menciona Jesús, del mismo Juan bautista, que no sabía que era Elías, (Ver Malaquías 4:5) Pero que el mismo Jesús, en el evangelio, dijo que juan bautista era Elías (Mt 11, 11-15). Ese mismo Elías que degolló 850 profetas de Baal, y que luego cuando era Juan bautista fue degollado. (Ver 1a de reyes 18:40) ¿Dónde queda entonces la infalibilidad de las enseñanzas de la epístola a los hebreos? Jesús dijo, hace dos mil largos años, claramente, que Juan permanecería hasta su segunda y última venida. Piensa...... No importa que estés solo contra el mundo si vas peregrinando por el sendero verdadero de la vida.
Juan ha permanecido entonces estos dos milenios en la Tierra.
¿Cómo puede ser esto, después de dos mil años, que ese mismo Juan esté entre nosotros y ni él ni nosotros lo sepamos? ¿Dónde estará el apóstol Juan ahora? ¿Cuál cuerpo ocupa su alma? ¿Qué lenguaje habla? Tal vez, al igual que Juan el bautista, el primer Juan que recibió a Jesús, ignoraba que era portador del espíritu de Elías, por lo que Jesús les decía a los que lo seguían, que Juan el bautista era en verdad Elías, aunque para el bautista era algo que desconocía, así mismo ha de haber vivido el alma de Juan, el evangelista, en algunos seres humanos que ignoraban que eran portadores del alma de Juan, sin saber cuál realmente era su identidad divina, y sea Juan el evangelista, el próximo que reciba a Jesús en su segunda venida aunque Juan no sepa que es Juan, puesto que esto es lo que aseguró Jesús que sucedería.
Los que matan los cuerpos no pueden matar las almas.
Jesús enseñó que no le tuviéramos temor a los asesinos y a los homicidas, que pueden matar los cuerpos de los seres humanos, pero sus almas no pueden matarlas, que le tengamos temor solamente a aquel que sí puede enviar el cuerpo humano y las almas humanas a la gehena. Con esta enseñanza Jesús nos da a entender que las almas no mueren y que la verdadera muerte es la muerte del alma, la segunda muerte, la muerte del día del juicio final. Todas las almas están vivas porque para Dios, que no tiene tiempo, todas las almas viven en el mismo tiempo, por tanto, para nada es imposible que Jesús haya dicho que Juan permanecerá hasta la venida del Señor.
Algunos estarán en la tierra hasta la venida del Señor.
Jesús enseñó que algunos de los que estaban presentes con Jesús, hace dos mil años, no gustarán la muerte hasta que vean venir el reino de Dios. En el primero que piensa uno es en el apóstol Juan, que, según palabra dada por Jesús, permanecerá hasta la única segunda venida de Jesús. Pero según la enseñanza de Jesús, no solo el apóstol Juan permanecerá, sino algunos, no se sabe cuántos, ni cuáles, permanecerán vivos hasta la segunda venida de Jesús. Sabemos que a Pedro le dijo Jesús que no permanecería, sino que tendría que dejar su tienda, como el mismo Pedro lo confirmó en sus valiosas epístolas. Sabemos que Pedro no es uno de los que permanecerá en la tierra hasta la segunda venida de Jesús, pero eso no quiere decir que Pedro haya fracasado, solo que no es uno de los que permanecerán, es necesario que el tiempo de Pedro termine y se inicie el tiempo de Juan.
Todas estas enseñanzas de Jesús, y las revelaciones del Espíritu Santo, sobre estas frases de Jesús al enseñarnos sobre la permanencia de las almas en la vida, fueron desestimadas por la epístola a los hebreos, cuando enseña que para el hombre está dado venir una sola vez a la tierra y luego es juzgado (ver hebreos 9:27). En esa enseñanza, el "desconocido autor” de la epístola a los hebreos, sea quien sea, dañó, para sus extraviados seguidores, la enseñanza de Jesús, sobre la permanencia y el regreso de algunas almas. El autor de esa epístola que los cristianos creen que es infalible palabra de Dios, cercenó, cortó, para los suyos este, valioso conocimiento, sin el cual no se puede entender la justicia de Dios, que aparentemente permite que muchos que hacen iniquidad, no reciben su paga aquí en la Tierra, pero si tenemos en cuenta que las almas permanecen y pueden volver, entonces se entiende cómo algunos vienen a pagar el mal que hicieron y otros vienen a recibir bonificaciones por el bien que hicieron.
Esta generación no pasará hasta que todo se cumpla (Mateo 28: 18).
¿Pero qué quiso decir Jesús con esto que no pasará esta generación, si ya van dos mil años y van miles de millones de seres humanos que han nacido, han vivido, y luego han muerto sobre la faz de la Tierra? Por ningún motivo se trata de un error de Jesús. Jesús no se equivoca, Jesús no habla por hablar, Jesús no exagera. La palabra que dio Jesús sobre que esta generación no pasará hasta que todo se cumpla, es verdad, esta generación no ha pasado, esta generación ha estado aquí en la Tierra estos dos mil años. Obviamente, para poder creerle a Jesús, no le hemos creído a la epístola a los hebreos sus falaces enseñanzas, no hemos oído la voz de ese falso profeta, para poder oír la voz del verdadero pastor. Realmente lo que ese autor falaz, pretendió hacer fue destruir las enseñanzas verdaderas de Jesús y sus doce apóstoles verdaderos, sembrando entre ellas unos sutiles errores, como ese que todo ser humano muere una vez y luego viene el juicio. Las naciones se han dejado seducir y engañar por importantes falsos profetas, tal como fue anunciado en las escrituras, por los verdaderos apóstoles de Jesús.
Jesús dijo que la muerte es un sueño.
Jesús dijo que él puede despertar personas de ese sueño que es la muerte. Jesús despertó a Lázaro de su sueño, de su muerte y lázaro volvió a la vida (Juan 11:11). Jesús despertó a una niña muerta, que era la hija de Jairo, y todos se reían de Jesús pues sabían que la niña estaba muerta, pero para Jesús ella dormía. Cuando Jesús la llama, ella despierta (Mc 5:39). Jesús dice que las almas humanas son como esas vírgenes que despertaron para recibir a su novio el día de la boda. Estas enseñanzas de Jesús han sido dejadas de lado por los maestros de la ley, pues le han dado fe a las falaces enseñanzas de la epístola a los hebreos, que dice que solo hay una vez para las almas aquí en la tierra. Tan fuerte ha sido la seducción de una simple epístola, que ha extraviado a toda la cristiandad, según fue anunciado por Jesús y sus verdaderos profetas. Si la muerte es un sueño, y las almas no mueren hasta el día del juicio final, entonces, contrario a las falaces enseñanzas de la epístola a los hebreos, las personas pueden volver a despertar de ese sueño, y con mayor razón si Jesús las despierta para cumplir una misión divina, como es el caso de Juan el evangelista, que permanece hasta la segunda venida de Jesús, y como fue el caso de Juan Bautista, portador del espíritu de Elías, aunque el mismo juan bautista lo ignoraba. dos juanes, despiertan del sueño, para recibir a Jesús cada que viene a la Tierra.
Jesús tiene las llaves de la muerte y el hades. (apocalipsis 1:18)
Jesús enseñó que a él le fue dado por el Padre todo el poder en el Cielo y en la Tierra (Mateo 28: 18). Jesús también enseñó que, al tener todo el poder, al ser todo poderoso, le fueron dadas las llaves de la muerte y del hades. Por lo tanto, al decir Jesús que no pasará esta generación hasta que todo se cumpla, está haciendo uso de su poder total y absoluto, que nadie además de Él posee. Jesús detuvo en la vida la generación presente en el siglo primero. Jesús nos está revelando algo muy grande sobre la vida de las almas, algo que el gran anticristo Pablo, y el autor de la epístola a los hebreos, con sus falacias, impidieron que los cristianos de las naciones conocieran. Jesús, con todo su absoluto poder, nos está enseñando que las almas no mueren sino hasta la muerte del juicio final, se desprende de estas enseñanzas de Jesús que supuestamente todos han estado aquí desde hace dos mil años.
El que a cuchillo mata, a cuchillo muere.
Jesús fue el que enseñó que el que a cuchillo mata a cuchillo muere. Jesús enseñó que el que tome la espada, a espada morirá. Según Jesús, nadie que cometa una injusticia o un crimen, aunque lo haga en secreto o sea un gobernante, se quedará impune. Está el ejemplo del profeta Elías, quien en un momento de celo y de ira degolló a los ochocientos cincuenta profetas de Baal, aquellos profetas que alimentaba Jezabel, la reina de Israel, reina idólatra, reina por tanto adúltera espiritualmente, reina ilegítima. Siglos después, Elías, siendo Juan en ese momento, es degollado por petición de una reina de Israel, una reina ilegítima, adúltera, mujer de Filipo, que era amante de Herodes, hermano de Filipo. Por eso fue que Jesús también enseñó que lo que queramos que nos hagan los seres humanos, se lo hagamos nosotros a los humanos, porque eso es el resumen de toda la ley de Dios y las enseñanzas de los profetas. Aún para Elías hubo la consecuencia de sus obras, siendo quién era. Elías degolló y fue degollado. Elías degolló a esos ochocientos cincuenta profetas de Baal, que estaban al servicio de una reina de Israel ilegítima, porque era adoradora de ídolos, pero cuatrocientos años después, otra reina de Israel, también ilegítima, porque era la esposa del hermano de Herodes, mandó degollar a Elías. Si eso se hizo en Elías, ¿Que no se hará en los demás hombres?
Esa es la única forma en que puede entenderse la gran justicia de Dios, que estaba oculta tras el velo falaz de las enseñanzas del gran anticristo Pablo, pero que al dejarlas de lado se ve claro como la luz del sol, que Dios a nadie dejará impune, aunque aparentemente pasen sin castigo los crímenes de los gobernantes, que mueren con honores, además de los crímenes de tantos asesinos, que estaban ocultos, pues toda alma, al permanecer, según Jesús, vuelve y tiene que pagar o recibir beneficios según sean sus obras, y esa alma sufre igual que aquellos a quienes hizo sufrir, sin saber que vino a esta tierra a pagar o a recibir bonificaciones, como consecuencia de las obras de bien o de mal que hizo. Nada está oculto a los ojos de Dios y nada se queda sin su justa, exacta y precisa recompensa. Lo que hagas a los hombres, eso te harán. Juan bautista murió degollado, porque Elías había degollado. Juan el evangelista vuelve y hace lo que le fue encomendado desde hace dos mil años, aunque ello esté oculto a los extraviados seguidores del gran anticristo Pablo y del autor desconocido de la epístola a los hebreos, y les creen a sus falacias de que las almas no pueden ni permanecer ni volver, a eso vino el gran anticristo Pablo con todos los suyos, a seducir y extraviar a las naciones, y vaya que lo han conseguido, tal cual lo anunció Jesús.
El que está destinado a la cautividad, a la cautividad irá.
Y el que esté destinado a morir por la espada, a espada morirá.
En esto consisten la paciencia y la fe de los santos, el que tenga oídos para oír, que oiga” (Apocalipsis 13: 9-10). Los que están destinados a la cautividad o a la espada, no lo están por capricho de Dios, lo están por la ley de Dios de que lo que les hagas a los demás eso te harán los demás a ti. El más importante ejemplo es el de Juan bautista, que fue degollado, porque Elías había degollado. No es un capricho de Dios, que juega con las vidas y a unos les da riquezas, talento, amor, fama, mientras que a otros los condena a nacer de padres drogadictos, madres prostitutas, hijos de ladrones y asesinos, niños que son violados, o asesinados, sin que aparentemente Dios los proteja o le importe su desgracia, como si hubieran sido condenados por un azar siniestro desde antes de nacer.
Pero no todas las personas que sufren alguna desgracia es porque están pagando algo, pues algunos vienen destinados a sufrir, para que en ellos se manifieste la gloria de Dios. Los discípulos le preguntaron a Jesús sobre el hombre que había nacido ciego, y llevaba ya treinta y nueve años ciego, si era que él había cometido algún pecado o estaba pagando algo malo que hicieron sus padres. Jesús les contestó que ese hombre había nacido ciego para que se manifestara en él la gloria de Dios. Así mismo se puede decir de Jesús que estaba destinado a la cruz, no por sus pecados, sino por los de todo el mundo. Esteban estaba destinado a morir apedreado por una multitud al mando de un tal Saulo de tarso, un fariseo asesino, nada más y nada menos que el gran anticristo Pablo. Las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, las del "desconocido" autor de la epístola a los hebreos, taparon con un fino velo invisible, estas verdades de Jesús sobre la vida de las almas, sobre su permanencia en la Tierra y sobre la posibilidad de volver las almas.
Dios es Dios de los que están vivos, no de los muertos.
Dios no es Dios de muertos, sino que es Dios de vivos, según enseñó Jesús. Jesús enseñó que Dios es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, porque para Dios todos vivimos al tiempo (Mateo 22: 31-32) (Lucas 20: 37-38). Para Dios no hay tiempo, para Dios no hay un ayer, un hoy, un mañana, pues Dios es eterno. Por eso es que el Padre y Jesús ya saben cómo nos fue a todos nosotros en esta vida, pues para ellos dos ya se dio el juicio final. Dios no está pendiente de lo que va a suceder en el porvenir, para Dios todo sucede en un instante llamado eternidad. Ya sabe Dios quien se salvó y quien se condenó a sí mismo con su libre albedrío.
También Jesús dice que Él es la resurrección y la vida, que aquel que crea en Jesús no morirá para siempre, y todo aquel que vive y cree en Jesús, aunque esté muerto vivirá. Dice la escritura en el apocalipsis, que los hombres buscarán la muerte, y la muerte huirá de ellos. Jesús hablaba en el monte de la transfiguración, con Moisés y Elías, vivos, delante de Pedro, Santiago y Juan. Todas esas enseñanzas de Jesús, sobre la permanencia de las almas, han sido desestimadas, por los extraviados seguidores de las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo y las falacias del "desconocido" autor de la epístola a los hebreos. Para su propia perdición se engañaron las naciones, se dejaron seducir de las palabras unos simples seres humanos, como el gran anticristo Pablo, y se extraviaron de las enseñanzas verdaderamente sagradas de Jesús.
Jesús enseñó que somos portadores de espíritus.
Algunos de esos espíritus que portamos son bondadosos, pero otros son perversos, según enseñó Jesús. Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no encuentra reposo. Entonces dice: 'Volveré a mi casa de donde salí'; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa" (Mateo 12: 43-45). Jesús expulsó siete espíritus de la magdalena, y el endemoniado de Gerasa tenía una legión de espíritus, además el espíritu de Elías vivía en Juan el bautista, sin que Juan supiera que él era Elías. Se entiende entonces que los espíritus que habitan en seres humanos son espíritus de otros seres humanos, no espíritus puros malignos, ni espíritus de animales, ni espíritus de plantas, son espíritus de seres humanos. Según Jesús somos portadores de espíritus, portadores de almas. Los espíritus moran en personas que les son afines por sus obras, por tanto, si alguien obra el bien, portará espíritus obradores del bien, pero si alguien obra lo malo, portará espíritus afines a sus obras.
Los apóstoles no terminaran de recorrer las ciudades de Israel.
Jesús enseñó que cuando a sus verdaderos discípulos los persiguieran en una ciudad, huyeran a otra ciudad, y si en esa los persiguen, huyan a una tercera, que no acabarían de recorrer las ciudades de Israel antes de que viniera el hijo del hombre (Mateo 10:23). Van dos mil años, las ciudades del Israel espiritual se han multiplicado, con la expansión de la gran Babilonia, la que lleva cautivo al pueblo de Israel espiritual. Jesús no ha vuelto, y sus apóstoles murieron hace siglos. Pero Jesús no se equivocó, cuando dijo que ellos no terminarían de recorrer las ciudades de Israel antes de que Jesús vuelva por segunda vez
Hay que hallar en las enseñanzas de Jesús la verdad de la vida de las almas y como es su permanencia en la tierra, aunque los cuerpos mueran. En el cristianismo contaminado por las enseñanzas del falso apóstol y por las falacias de la epístola a los hebreos. En el cristianismo contaminado de estos dos mil años, son despreciadas muchas de estas importantísimas enseñanzas de Jesús y de sus doce apóstoles verdaderos. Por eso, después de dos mil años, hay mucha confusión entre las naciones, que ignoran a fondo las enseñanzas de Jesús, pues les fueron reemplazadas por las extensas epístolas del gran anticristo Pablo y del supuesto desconocido autor de la epístola a los hebreos. Es verdad que los doce no han terminado de recorrer las ciudades de Israel, pero para entenderlo es necesario no adorar como de Dios las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo y de sus extraviados seguidores.
Nada hay encubierto que no llegue a revelarse.
Jesús enseñó que nada hay escondido que no llegue a descubrirse. Parecería que Jesús se equivocó, porque muchos seres humanos se fueron a la tumba con secretos, de obras buenas y también secretos de crímenes, que aparentemente se quedaron impunes, sin castigo, sin saber quién fue el autor. Pero si es verdad que las almas no mueren, si es verdad que nada se queda oculto y si es verdad que nada se queda sin su recompensa, buena o mala, en esta Tierra, entonces es porque es verdad que algunas almas no se van, por lo que se entiende que las personas pagan el mal y reciben premios, por el bien que hicieron, aunque de momento está oculto a sus ojos
Los impíos, obviamente ignoran esta ley de Jesús, pues si la supieran no harían lo malo, porque sabrían que tarde o temprano, así sea siglos después, recogerán todo aquello que sembraron (Mateo 10:26). Por eso vemos en esta Tierra tanta aparente injusticia de Dios, cuando a muchos les suceden grandes males inexplicables, mientras que algunos otros todo les sale bien. Si no fuera por los sutiles engaños del gran anticristo Pablo y las desafortunadas falacias de la epístola a los hebreos, el pueblo sabría la verdad, los paganos y los impíos se abstendrían de muchos males, y todos los seres harían mucho bien, puesto que nada se queda sin su recompensa. El probador, el falso apóstol, el falso profeta, el gran anticristo Pablo y sus extraviados seguidores, ha de recoger todo el daño y el engaño que hicieron, pero ese castigo final de los falsos profetas, no le va a dar la salvación a los que se extraviaron en pos de sus errores. los extraviados no van a poder decir que los engañaron, sino que ellos mismos se engañaron con falacias puestas por otros.
Cuando Jesús venga por segunda vez, todo ojo le verá.
Dice la revelación verdadera y autorizada del apocalipsis, que el día que venga el Señor, de improviso, con poder y majestad, sobre las nubes del Cielo, todo ojo le verá, y los que le traspasaron, y se lamentarán todas las tribus de la Tierra. Al decir que todo ojo le verá, no está diciendo que todos los ojos que estén en esos momentos sobre la Tierra le verán, porque los que le traspasaron lo hicieron durante miles de años, sino que podemos entender que todos estamos aquí y todos estaremos ese día. Y al decir que se lamentarán todas las tribus de la Tierra, son todas, no excluye a los extraviados cristianos, dice todos. Para Dios todos estamos vivos hasta la muerte del alma, porque no somos cuerpos sino almas. Para que todo ojo le vea es necesario que sin que haya una resurrección masiva previa, ostensible, todos estemos aquí, y el Señor se presente a la hora menos pensada, cuando, sin lugar a dudas, todo ojo le verá, y los que le traspasaron adorando ingenuamente como palabras salidas de la boca de Dios, las falaces enseñanzas del gran anticristo Pablo, y entonces, con razón, en ese momento sí se lamentarán "todas" las tribus de la Tierra.